25.3.09

"La Toma del Poder"

El Golpe era cantado, muchos ya sabían lo que venía. Un día antes el diario Clarín titulaba en su tapa: "Inminencia de cambios en el país". Además de cantado, el Golpe era esperado por muchos sectores nacionales e internacionales de poder, como las clases dominantes argentinas, las empresas transnacionales, la alta jerarquía de la Iglesia Católica y el gobierno de los Estados Unidos.
El 25 de marzo el diario La Nación anunciaba: "La crisis ha culminado. No hay sorpresa en Ia nación ante la caída de un gobierno que estaba muerto (…). En lugar de aquella sorpresa hay una enorme expectación". Por su parte, tres días después del Golpe, el diario La Prensa publicaba un artículo titulado: "Orden, seguridad, confianza" que comenzaba diciendo: "En dos horas, sin el asomo de una sola falla, al cabo de una operación impecable, precisa, sin estridencias vanas y sin disparar un solo tiro, las Fuerzas Armadas de la Constitución pusieron término al desempeño ilegítimo del gobierno instaurado el 25 de mayo de 1973. Lo hicieron para salvar -como dice la proclama dada a conocer en la madrugada del día 24 -'un tremendo vacío de poder'…".
Sin embargo, para "salvar ese vacío de poder" el gobierno militar optó por abusar del poder. En documentos secretos enviados por el entonces embajador de los Estados Unidos en Argentina, Robert Hill, al Secretario de Estado norteamericano, Henry Kissinger, el embajador anticipaba: "cuando intensifique su lucha contra la guerrilla es casi seguro que el gobierno militar en la Argentina comenterá violaciones a los derechos humanos que generen críticas internacionales".
Acorde con esto y como parte de un plan macabro, el General Jorge Rafael Videla, nombrado Presidente de facto por la Junta Militar, dijo en su discurso pronunciado el día 30 de marzo del '76: "...Es seguramente para asegurar la debida protección de los derechos naturales del hombre que asumimos el ejercicio pleno de la autoridad; no para conculcar la libertad sino para afirmarla; no para torcer la justicia, sino para imponerla. Sólo el Estado (...) habrá de monopolizar el uso de la fuerza (...). Utilizaremos esa fuerza cuantas veces haga falta para asegurar la plena vigencia de la paz social; con ese objetivo combatiremos, sin tregua, a la delincuencia subversiva en cualquiera de sus manifestaciones, hasta su total aniquilamiento".
A partir del 24 de marzo de 1976, la Doctrina de la Seguridad Nacional pasó a ser el marco y el soporte ideológico del desarrollo concreto del plan represivo. Desde ese momento, se institucionalizó todo un aparato clandestino para llevar adelante la tarea de la represión, o "guerra sucia", o "comisión de delitos aberrantes", y el secuestro y la desaparición forzada de personas se convirtieron en el método de detención por excelencia.
Al mismo tiempo, se implementó un plan económico basado en el liberalismo monetario. Se puso fin al Estado intervencionista, a la protección del mercado interno y al subsidio a empresas. Se congelaron los sueldos y se dejó actuar al mercado libremente. Los resultados fueron la famosa "bicicleta financiera", un gran endeudamiento externo, las industrias quebradas y sobre el fin de la Dictadura una altísima inflación. El encargado de cumplir el plan económico de los militares fue José Alfredo Martínez de Hoz. Modelo económico neoliberal y Estado terrorista fueron partes inseparables del nuevo régimen dictatorial que subió al poder. Ese fue el inicio de la aplicación de un modelo neoliberal que continuaría reforzándose con los gobiernos democráticos que se sucederían desde 1983 hasta el momento y que hoy pueden verse reflejados en la agudísima crisis política, social y económica que atraviesa la Argentina.

No hay comentarios: